Los institutos de vida consagrada, desde antiguo, han previsto etapas de formación y preparación de los candidatos que se presentan con el deseo de vivir el estilo de vida propio de la familia religiosa, etapas que han tomado diferentes formas a lo largo de los años.
Dentro de la Orden de la Merced, al igual que muchos institutos de vida consagrada, la formación inicial se plantea en cuatro etapas: el aspirantado, el postulantado, el noviciado, el estudiantado.
La comunidad del Santuario San Ramón Nonato es, actualmente, casa de noviciado.
Aspirantado
Esta etapa permite a los jóvenes que sienten el llamado a la vida religiosa mercedaria, comenzar a discernir las motivaciones, las intuiciones, los signos de Dios en las diferentes preguntas que le van surgiendo. Se brinda acompañamiento para el discernimiento y tiempos y espacios propicios como retiros o convivencias.
La etapa puede transcurrir fuera o dentro de una comunidad, dependiendo de lo que se acuerde con el candidato.
Postulantado
Los aspirantes ingresan al postulantado, etapa que implica ya vida en la comunidad religiosa que se designe. Son acompañados por un fraile formador que, durante este tiempo de preparación, sigue ayudando a los formandos a discernir, a la luz de la palabra de Dios y de la oración, del carisma mercedario y de sus propias motivaciones, los signos de su vocación en relación a la naturaleza y fin peculiar de la Orden (Constituciones Mercedarias nº 63).
Se prioriza la revisión de la propia historia, la lectura del paso de Dios por la propia vida. Se intentan descubrir las fortalezas y debilidades personales, para potenciar unas y aprender a acoger las otras. El llamado de Dios implica toda la vida, de allí la necesidad de leer, sanar y acoger todo lo experimentado a la luz de la fe y de la vocación.
La duración de esta etapa puede variar de uno a tres años aproximadamente, según el proceso personal de cada candidato.
Noviciado
El noviciado es una verdadera experiencia de iniciación en la vida consagrada. Se espera que el novicio se esfuerce en ver mejor y seguir con fidelidad los signos de su vocación. El maestro y la comunidad sostienen y ayudan su desarrollo religioso y humano, examinando con él la progresiva realización de su ideal y ofreciéndole un ejemplo de vida y oración (Cf. Constituciones Mercedarias nº 68).
Finaliza el noviciado con la primera profesión de los votos religiosos: castidad, pobreza, obediencia, y el cuarto voto de redención, propio de la Orden de la Merced.
Para esta etapa, la Orden asigna una comunidad específica para que se establezca la casa de noviciado. El Santuario de San Ramón Nonato es actualmente la comunidad designada. Cada año llegan jóvenes de variadas procedencias: Venezuela, Guatemala, El Salvador, Panamá, Italia, España, Argentina.
Durante este tiempo participan de la vida litúrgica y parroquial del Santuario y de los pueblos de la comarca que los mercedarios tienen a cargo en la animación pastoral. Comparten también espacios de formación en el espacio CEVRE, animado por la Unión de Religiosos de Catalunya, como así también en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Lleida. Participan además de la pastoral penitenciaria en el Centro Ponent de Lleida.
Estudiantado
La etapa del estudiantado se extiende desde la primera profesión temporal de los votos hasta la profesión solemne. A lo largo de este tiempo, el religioso vive lo que profesó y profundiza más la vivencia del carisma. Continúa acompañado de un maestro que ayuda en el discernimiento.
En esta etapa se prioriza también el estudio de la filosofía y la teología, acorde a lo que la Conferencia Episcopal de cada país presenta como plan de formación y en comunión con lo que el Plan general de vocaciones, formación y estudios de la Orden de la Merced defina.
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